La natación refuerza la confianza de los niños en ellos mismos y les proporciona seguridad para disfrutar, consiguiendo que, el niño, frente a una situación de riesgo, tenga un nivel de tranquilidad adecuado, que le permita flotar de espaldas y mantener su independencia respiratoria, así como desarrollar la habilidad para desplazarse por debajo del agua y en superficie moviendo sus piernas y brazos y organizar su respiración.
A través de la natación, se logra el desarrollo de su capacidad perceptiva, equilibrio, movilidad y orientación. El agua permite también el ejercicio de los sentidos, que van desde el gusto, olfato hasta la vista, oído tacto y la percepción, a través de las cuales se genera una gama de sensaciones que participan en la construcción del espacio y en el conocimiento del propio cuerpo.
Es importante conocer la gran cantidad de beneficios que reporta esta actividad al bebé y entre las que cabe destacar, el importante desarrollo psicomotor; adquiriendo una mayor coordinación motriz, localización propioceptiva e integración kinestésica, además de facilitar movimientos y experiencias motrices. Ayuda a que se fortalezca el sistema cardiotorácico y mejora las relaciones afectivas entre los padres y el niño. Es necesario recalcar el aumento del desarrollo de la capacidad intelectual, ayudando a los niños a ser más creativos y observadores, por lo que es recomendable la práctica de esta actividad durante los primeros meses de vida del bebe.
La natación para bebés es uno de los mejores métodos de estimulación temprana, ya que, en un ambiente de juego y placer, aporta beneficios importantes sobre el bebé debido a los componentes físicos (agua, movimiento, calor) que contiene esta actividad. Y de cara al verano va a ofrecer tranquilidad a los padres a la hora de meterlos en una piscina.
0 comentarios:
Publicar un comentario