Hace casi un año fue instalado en la playa de la Malvarrosa, en Valencia un arrecife artificial para ver si eran capaces de regenerar playas y preservar la biodiversidad y con un enfoque al ecoturismo, comprobando que pulpos, estrellas de mar y multitud de bancos de peces y algas pueblan el arrecife artificial.
Este, puede decirse que es el resultado de la primera fase del Proyecto Arrecifes Valencia, liderado por la Fundación Deportiva Municipal (FDM).
Lo que han realizado es hundir tres estructuras de hormigón, diseñados y construidos desde el Instituto de Ciencia y Tecnología del Hormigón de la Universidad Politécnica de Valencia, de 12 m cuadrados de base y con 1,80 m de altura, simulando la cubierta del Oceanogràfic de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, localizados a 180 m de la costa y a 4 m de profundidad, añadiendo también los cinco aros olímpicos y ánforas semienterradas, intentando ofrecer cierto atractivo para el sector del buceo, ampliando así oferta turística del sector, sobre todo para los que se estén iniciando en este mundo.
José Rafael García March, profesor de Veterinaria y Ciencias Experimentales de la Universidad Católica de Valencia (UCV) y director Científico del IMEDMAR-UCV comenta que siguen trabajando para generar hábitats que favorezcan la implantación de la biomasa marina, ya que el sustrato rocoso en medio de sustrato suelto es un punto de atracción para los organismos marinos, donde su heterogeneidad genera lugares de escondite, alimentación, descanso o desove para la fauna.
Uno de los objetivos del proyecto es comprobar si la instalación de los módulos tiene un efecto positivo o negativo sobre la costa, lo cual está siendo coordinado por el investigador del Laboratorio de Puertos y Costas-Instituto de Transporte y Territorio de la UPV, José Serra Peris, el cual comenta que hasta ahora han visto que no incide negativamente.
Cuenta que los módulos de hormigón, antes de sumergirlos en el mar, estuvieron sumergidos en aguas abrigadas de la Marina Real y pudieron ver que hubo una colonización rápida del arrecife artificial.
El hecho de que este proyecto vaya bien, va a dar pie a que se quiera proteger y regenerar playas como las de Pinedo, Saler, Devesa y del litoral de la Playa de la Garrofera, la cual se encuentra actualmente en un estado de degradación importante, habrá una revitalización turística, la afluencia de turismo de ámbito científico, medioambiental y deportivo, así como la reapertura de instalaciones de servicios e impulsaría la práctica de actividades deportivas acuáticas y subacuáticas en el entorno.
Han podido ver que si se quiere, se puede frenar la degradación y crear espacios de flora y fauna nuevos. Todos a cuidar de nuestro mar!.
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