Los océanos son una de las
grandes apuestas de la ciencia. Cada vez más proyectos internacionales,
instituciones y farmacéuticas ponen el foco de sus investigaciones en el fondo
del mar para luchar contra enfermedades como el cáncer, la epilepsia o el Alzheimer.
"El mundo necesita nuevos
fármacos, sobre todo antibióticos, y muy urgentemente", sentencia Fernando
Reyes, director del departamento de Química de la Fundación Medina, dedicada a
la investigación de compuestos innovadores. A partir de la preocupación por la
resistencia a los medicamentos nació “PharmaSea'”en 2013. Su idea, explorar
fondos marinos en busca de nuevos compuestos que permitan afrontar esta
amenaza.
Con financiación de la Unión Europea, un total de 24
instituciones de 13 países, entre los que destaca la Fundación Medina y la
Universidad de Santiago de Compostela, se han sumergido en zonas como la Antártida,
encontrando moléculas con actividad antimicrobiana, contra las convulsiones y con
capacidad antiinflamatoria" por ejemplo.
La mayoría de estos hallazgos se
encontraban custodiados por algas y esponjas marinas. Se ha sondeado el 1% de
los océanos y las farmacias cuentan ya con seis medicamentos con extracto
marino. Como por ejemplo la esponja Lithoplocamia lithistoides se encuentra en
investigación para tumores sólidos (Pharmamar). La Ecteinascidia turbinata,
está aprobada en Europa desde 2007 y hoy se comercializa en 80 países como
tratamiento para el sarcoma de tejidos blandos y para el cáncer de ovario
sensible al platino. (Yondelis). Para el cáncer, Cytosar-U (Bedford), de la
esponja Cryptotethya crypta; Halaven (Eisai), de la esponja Halichodria okadai
y Adcetris (Seatle Genetics), de la liebre marina Dolabella auricularia. Prialt
(Elan Corporation), del caracol marino, para el dolor neuropótico y Lovaza,
(GlaxoSmithKline), de los ácidos grasos omega 3 del pescado, para la
hipertrigliceridemia.
Tanto Pharmamar o Yondelis son
unas de las organizaciones encargadas en este tipo de investigación.
La historia de
Yondelis empieza
hace algo más de 30 años, con la creación de Pharmamar y las primeras
expediciones de buceo en el Mar del Caribe. Como en cada una de estas aventuras
submarinas que se realizan (unas cinco al año), un equipo de cinco buzos se
sumerge durante tres horas a un máximo de 100 metros en el transcurso de un mes
aproximadamente. En palabras de Mora, "se suelen extraer entre 500 y 1.200
muestras de distintos organismos: esponjas, estrellas, tunicados, invertebrados
en general". La logística implica el alquiler del barco y congeladores
preparados para el adecuado mantenimiento de los organismos extraídos. El
equipo de buzos y biólogos marinos se encarga de recoger las muestras, fotografiarlas
y asignarles un código de barras que se introduce en el sistema informático, de
tal manera que todo queda registrado y sin lagunas en su trazabilidad. A 20
grados bajo cero, sumergidas en hielo seco, 'viajan' en avión hasta el banco
que Pharmamar tiene en Colmenar Viejo (Madrid). "Allí contamos con una
biblioteca de más de 200.000 muestras marinas clasificadas en una cámara de 120
metros cuadrados por 2,5 metros de alto", describe el experto de dicha
farmacéutica. Cada muestra se divide en dos para asegurar una segunda cámara con
el mismo potencial.
Por lo que a seguir con las
investigaciones marinas para poder ayudar a la medicina a partir de nuestros océanos.
Fuente: El Mundo